Paranoia
Hace nueve días no como… nueve, el número de la fuerza. Hoy es el día del sacrificio. Oh, ese gato no va a ganarme. Lo tengo atrapado en una jaula para que no se haga el granuja conmigo.
— ¡Maldito, maldito gato, yo se tu brujería!
El felino hace magia negra. Lo vi hace dos semanas colgado de mi techo, con las inocentes patitas moviéndose frenéticamente… supuse que llamaba a la diosa Bastet, pero no, vi el símbolo a la luz de la luna: contactaba a Satanás. Oh, y a mi no me gustan los gatos brujos que practican las malas magias.
Hoy es el sacrificio. Hace nueve días me alimento de su sangre, para fortalecerme. Le hice una pequeña incisión en la pata. El maldito maúlla y maúlla, seguro llama a su malvado dios… pero el no esta aquí, tontito. Tome el cuchillo, saque al gato, lo puse en cuatro contra la mesa y… RING, RING.
— ¡MALDITO TIMBRE!… ¿QUIEN ES?— El felino me muerde y logra huir. Intento correrlo, cuando siento que alguien abre la puerta. Aparece mi vecina, la señora Graciela. El gato corre hasta ella y salta a sus brazos— ¡No, no lo toque, es…!
—Oh, gracias por cuidar a Minina—me sonríe — Adiós.
Cierra la puerta y se va. Me agarro la cabeza con las manos…
— ¡Dios! ¿Sera que el Diablo se disfraza de vieja?
— ¡Maldito, maldito gato, yo se tu brujería!
El felino hace magia negra. Lo vi hace dos semanas colgado de mi techo, con las inocentes patitas moviéndose frenéticamente… supuse que llamaba a la diosa Bastet, pero no, vi el símbolo a la luz de la luna: contactaba a Satanás. Oh, y a mi no me gustan los gatos brujos que practican las malas magias.
Hoy es el sacrificio. Hace nueve días me alimento de su sangre, para fortalecerme. Le hice una pequeña incisión en la pata. El maldito maúlla y maúlla, seguro llama a su malvado dios… pero el no esta aquí, tontito. Tome el cuchillo, saque al gato, lo puse en cuatro contra la mesa y… RING, RING.
— ¡MALDITO TIMBRE!… ¿QUIEN ES?— El felino me muerde y logra huir. Intento correrlo, cuando siento que alguien abre la puerta. Aparece mi vecina, la señora Graciela. El gato corre hasta ella y salta a sus brazos— ¡No, no lo toque, es…!
—Oh, gracias por cuidar a Minina—me sonríe — Adiós.
Cierra la puerta y se va. Me agarro la cabeza con las manos…
— ¡Dios! ¿Sera que el Diablo se disfraza de vieja?
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